Tener una casa en la playa puede ser una gran oportunidad en más de un sentido. Ya sea para mudarse a ella y habitarla, o bien para rentarla a vacacionistas y tener así una fuente extra de dinero, una casa en la playa es un bien que se debe cuidar.
En ambos casos, el deseo de estar ahí será impulsado nos sólo por el punto geográfico en el que se encuentre (como lo podría ser un lugar paradisiaco), sino también, y en gran medida, por el ambiente que posee la propia casa, el cual depende casi por completo de su decoración.
Una casa en la playa es un lugar para relajarse y disfrutar de los goces de la naturaleza. Es por eso que la decoración de tu inmueble debe ser luminosa, espaciosa y fresca. Los colores claros son indispensables aquí. Recomiendo que tanto las paredes como el inmobiliario sean de color claro.
Es decir, habrá que considerar colores tales como el blanco, azul y verde claros, etcétera, para sillones, almohadas, sábanas, entre otros.
La naturaleza juega un papel muy importante en este tipo de decoración, es por eso que las cosas dentro del espacio deben estar orientadas hacia afuera, hacia el exterior, pues es de ahí de donde recibiremos el aire, el calor y la luz propios del clima de playa. Recomiendo espacios que permitan mantener las ventanas abiertas de par en par. Por último, detalles tales como vegetación interior y algún referente del mar como un pequeño barco o una roca, darán a la casa un espíritu totalmente relajado.
