Mezclar épocas y estilos enriquece la decoración. La permanencia del pasado con la sensación de actualidad, pueden convertir un hogar en algo verdaderamente elegante y finamente acogedor.
Una sala con una nota de un sofá antiguo, que puede ser de los 60, o una mesa de centro pequeña entre los sofás más amplios te dará la sensación de espacio de aquella época.
Colocar un cuadro en alguna pared accesoria hecha de fotografías en color sepia o blanco y negro, es tan solo un pequeño detalle que cambiará una habitación muy actual en algo cargado de añoranza.
Un rinconcito en la cocina moderna, con un comedor y a la vez armario, tabla de madera y patas de cromado, con bancos bajos forrados en tela o piel, darán el toque antiguo. Si además cuentas con herrería antigua en ventanas y puertas, pintadas de colores claros y actuales el resultado será genial.
En la habitación de los peques, colocar camas bajas en tonos actuales, con cubrecamas sencillos y vistosos al mismo tiempo que pintas las paredes con un amarillo bajo mate y colocas sillas de madera y fibra natural, y en lugar de dos burós una mesa también al estilo de la silla, dará ese toque de complemento.
El cuarto principal también con una cama baja y moderna, con burós rústicos entintados de un tono natural que vaya con el suelo, y para complementar unas lámpara pequeñas sobre estos con pantallas lisas.
En los baños actuales, se dará la nota de antaño con espejos enmarcados, de preferencia redondos u ovalados con lámparas de colores más vistosos y con formas de tulipán, logrando al fin la arriesgada apuesta.