Para los que buscan distinción en un estilo decorativo, el vintage será una opción sobresaliente. Brindando un toque antiguo y peculiarmente combinado con accesorios modernos, creará un ambiente detallista y de gran personalidad.
No necesariamente tendrá que hacerse una gran inversión, o comprar antigüedades como podría pensarse. Poniendo énfasis en objetos o accesorios de algunos años de existencia, que proyecten una estética vieja y hasta descuidada, eligiéndolos y adecuándolos al espacio en particular que se decore, estos destacarán y lucirán de lujo.
Las piezas podrían ser desde muebles, y pon énfasis en ellos pues tienen una capacidad significativa para recrear el espíritu de antaño; hasta floreros, maletas, cuadros con dibujos rememorando épocas pasadas, espejos y marcos. Libros con cubiertas antiguas, piezas diversas hechas en cobre o que posean tonos marrones. Cajones, joyas, lámparas y hasta velas.
Combinar los accesorios o piezas de diferentes décadas es una variante a aprovechar. Incluso incluir elementos bien modernos y contrastarlos para que dé la impresión de lo cuidado y descuidado. Lo que supuestamente no debería conectar o relacionarse, lucirá en armonía brindando un extraño pero refinado equilibrio.
Se puede influir en objetos y hacerlos parecer envejecidos. Pintar de manera peculiar, dejando partes libres es una forma para lograrlo. Empapelar muebles u otros objetos, incluso paredes, no es tan complicado y los resultados son magníficos reforzando el estilo vintage.
Cuando decores con este estilo y los demás lo aprecien, no podrán dejar de ser impactados de alguna forma al reconocer lo que ha sobrevivido en los años, y verlo elegantemente combinado en tiempos modernos.