Hoy en día, la mayoría de españoles que piensan en independizarse optan por un alquiler. Aunque este es un proceso que no lleva consigo grandes complicaciones, si es necesario contar con ciertos aspectos claves para no llevarnos sorpresas después. A continuación te dejamos las recomendaciones básicas que pueden ser útil a toda persona que esté interesada en alquilar una vivienda.
Para comenzar, es aconsejable leer el contrato desde el principio hasta el final, con calma y detenimiento, y de ser necesario, utiliza asesoramiento externo. Es muy importante que comprendas bien el alcance de cada uno de los puntos descritos en el contrato de arrendamiento, ya que si te pasas algo por alto tendrás que cumplirlo una vez firmado.
Todo por escrito
Recuerda siempre que no es adecuado alquilar una vivienda sin un contrato de por medio, así sea con un familiar, es conveniente para la tranquilad y la seguridad de ambas partes que todo quede escrito y firmado. Es imprescindible además, negociar y abordar aquellos temas que te generen alguna duda, como puede ser el precio o alguna cláusula del contrato. Este es un documento que se puede redactar según los agentes de la propiedad, a la medida de ambas partes.
Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de alquiler una vivienda es todo tipo de cláusula que pueda parecerte abusiva o que pueda menoscabar tus derechos como arrendatario. Entre estas clausulas se encuentran la de asumir ciertos pagos que corresponderían pagar al dueño de la vivienda, como puede ser el Impuesto sobre Bienes Inmuebles o los gastos de comunidad de vecinos. Todos estos gastos deberán ser pagados por el dueño/a de la vivienda, mientras que otros gastos como el impuesto de la basura se pueden pactar entre ambas partes.
Otra de nuestras recomendaciones es la de no pagar nada por adelantado hasta que no se firme el contrato. Ahora bien, si temes perder tu piso por no ceder un adelanto, asesórate primero legalmente y después haz firmar al propietario un documento en el que se especifique tal adelanto, de esta manera evitarás cualquier imprevisto.
Te recordamos que cualquier acuerdo verbal debe ir incluido en el contrato. Si el propietario de la vivienda te promete cosas verbalmente y no las incluye en el contrato, no hay ninguna garantía de que cumpla su palabra. Una vez que se cierre la redacción del contrato no olvides firmar cada una de las hojas del mismo para evitar que puedan alterar el contenido.
Duración del contrato
Por lo general, cuando se firma un contrato de alquiler, la duración de este es según la ley el que se pacte libremente entre ambas partes, propietario e inquilino. Normalmente se fija un año prorrogables hasta un máximo de cinco años y siempre y cuando ninguna de las dos partes avise de su intención de poner fin al contrato. La única excepción en la que se podría pasar por alto la prórroga es la de que el propietario necesite la casa para uso propio, siempre y cuando el contrato incluya esta posibilidad. Este punto podría ser negociable ¡no lo pases por alto!
Una vez que finalice el periodo de prórroga forzosa, el contrato volverá a extenderse de manera automática otros tres años, lo que se conoce como prórroga tácita, aunque cabe destacar que ambas partes podrían dejarla sin efecto en caso de no querer renovar más de año en año. Estos datos debes tenerlos en cuenta tanto en el momento de la firma de contrato como posteriormente cuando quieras rescindir del mismo.
Revisión de la vivienda
Además del contrato y la importancia de este, es muy importante también el momento en el que revises la vivienda que quieres alquilar. A continuación te dejamos una serie de consejos que pueden servirte de ayuda para prestar especial atención en el momento de la visita:
- Acude con papel y lápiz: de esta manera podrás trazar un plano de la vivienda para recordarla y analizarla posteriormente. Anota lo que te gusta y lo que no te gusta, tanto de sus vistas como de los detalles con los que te has quedado, si es luminosa, moderna o fresca. Verifica también que cumple con los requisitos que necesitas para aceptarla como tu hogar. Todos los apuntes te servirán de ayuda cuando reflexiones después sobre la vivienda.
- Comprueba la distribución, la decoración y las vistas, porque una vez que la alquiles no podrás modificar nada sin previamente pedir permiso al dueño/a. Abre los grifos al mismo momento, haz funcionar el calentador, pregunta si todos los muebles y electrodomésticos quedarán en la vivienda, mira por la ventana y comprueba tanto las vistas como la orientación. Escucha los ruidos procedentes de otras viviendas o en la calle, y en definitiva, asegúrate de que se ajusta a tus necesidades y a la idea que te hacías cuando elegiste verla.
- -Haz una relación con los desperfectos que encuentres para que no puedan ser achacables en ningún momento, como puede ser algún azulejo roto, alguna humedad aparente etc. Es más, lo recomendable es incluir un anexo en el contrato con la lista de daños y adjunto, las fotografías de los mismos. De esta manera, evitarás cualquier conflicto el día de mañana con el dueño en el momento de abandonar la vivienda.
Una vez que hayas recopilado toda esta información y te encuentres seguro/a de que es la casa que quieres alquilar deberás llevar a cabo la tramitación del contrato de teniendo en cuenta todos los aspectos comentados anteriormente. Como decíamos al inicio de este artículo, este es un proceso que no lleva consigo grandes complicaciones, pero en el que es necesario contar con ciertos aspectos claves para no llevarnos sorpresas después. Una vez seas inquilino, las discrepancias que surjan con el casero tendrán que resolverse siempre en base a lo firmado en el contrato. Si estás pensando en alquilar una casa desde Casa y Dinero te deseamos ¡mucha suerte!