En el mundo de la decoración, cada estilo conserva una individualidad única que lo hace ser lo que es. Pero esta esencia que se pronuncia en singular es en realidad un conjunto de diversos elementos y objetos, una combinación de estilos que juntos en armonía realizan el hecho decorativo.
Pero, ¿qué pasa cuando uno a varios de esos elementos que aparecen en determinado estilo, también aparecen en otro? Es ahí cuando nace la posibilidad creativa. En este artículo hablaremos de algunas de esas intersecciones objetivas entre los estilos para que tú mismo descubras las posibilidades que nacen ahí y que así te atrevas a combinarlas. Nadie sabe si inventarás el nuevo estilo decorativo que cambie el mundo del interiorismo.
El minimalismo se caracteriza por el lema “menos es más”. Esta frase apunta de manera muy precisa a la esencia de dicho estilo pues lo que busca el minimalismo es cierta practicidad y simplicidad en su ambiente. Practicidad en los espacios; simplicidad en el diseño de las formas. Pero también es verdad que busca elegancia y esta decoración llega a ser exclusiva en ciertos grupos sociales.
La decoración Zen encuentra su similitud con el minimalismo en tanto que ésta pretende que el ambiente se respire simple en sus formas; aunque, eso sí, apegadas a su propia naturaleza. La decoración Zen, a pesar de todo, también luce elegante sobre todo por el tipo de telas que utiliza. Es por eso que su aplicación podría parecer, al igual que sucede con el minimalismo, exclusivo de ciertos grupos sociales.