La primavera está empezando y habrá personas a las que les guste y a las que no. Si bien es cierto que el paisaje natural por sí mismo sufre cambios que modifican nuestra percepción del ambiente, también es verdad que en dicha percepción hay factores que influyen para aumentar o disminuir sus efectos. Nuestro hogar, al ser una parte esencial en nuestra vida (pues gran parte de ella transcurre en dicho lugar), es un punto muy importante en aquella influencia.
Dependiendo el efecto que se quiera lograr en esta época del año, la decoración de nuestra casa adquiere gran importancia. La primavera es esa época del año en que todo florece y la chispa de vida es el agua. La primavera se caracteriza por ser húmeda y cálida a la vez.
Una decoración que intensifica sus efectos se puede encontrar en el uso de colores pálidos, pues estos remarcan el ambiente sereno y a veces melancólico que tiene la lluvia; luces tenues también pueden hacer lucir un lugar de manera armónica con el clima nublado y además ayudan a refrescar el ambiente en caso de calor.
Por otro lado, si lo que se quiere es contrarrestar los efectos húmedos de la primavera, es conveniente resaltar los colores cálidos, pues estos crearán una sensación de abrigo en casa; y en este caso las luces más intensas son capaces de mantenernos alerta y no dejar que la melancolía nos atrape.